Visión y misión de la Espada del Espíritu

Aspectos generales

La víspera de su pasión, nuestro Señor Jesucristo rogó al Padre que todos sus seguidores fueran uno solo, así como él y el Padre son uno solo (Jn 17:21). Dios nos ha llamado a nosotros, como miembros de nuestras iglesias locales en diversas partes del mundo, a estar unidos en una alianza con él y unos con otros, y a ser un pueblo para él.

Como individuos

Como individuos, respondemos a la invitación de Dios poniendo en práctica nuestros compromisos bautismales en vidas de conversión personal, de entrega a la rectitud, al crecimiento en la santidad, y al servicio como discípulos de Jesucristo en nuestra iglesia local y en la Iglesia universal. Por su gracia Dios nos ha hecho hijos suyos, bautizados para formar parte del único cuerpo de Cristo, llenos de su Espíritu Santo. Deseamos vivir todas nuestras relaciones diarias en el poder del Espíritu Santo. Nuestro ideal de ser discípulos consiste en ser hombres y mujeres que puedan poner su mano en el arado sin mirar atrás (Lc 9:62), tomar su cruz cada día (Lc 9:23-27), y servir antes que ser servidos (Mc 10:45).

Una comunidad de discípulos

Nos hemos vinculado libremente con otros que han sido llamados del mismo modo que nosotros. Aceptamos la misión que nuestro Señor nos ha encomendado a nosotros como pueblo:

  • Ser hermanos y hermanas unos de otros en el Señor
  • Ser cada día más un pueblo de alabanza y adoración
  • Compartir con los demás nuestra vida y recursos
  • ponernos nosotros mismos y nuestros recursos a disposición de la misión.
En resumen, nuestro compromiso cristiano lo vivimos como una comunidad de discípulos, unidos por una alianza, un modo de vida en común, y dedicados a una misión en común.

Nuestra misión

Hemos escuchado el llamado de Dios, y respondemos gozosamente a ese llamado de vincular nuestras comunidades en distintas partes del mundo para constituir un baluarte que haga frente a la ola de maldad. Esto lo hacemos mediante:

  • La construcción de comunidades y movimientos que puedan ejercer una influencia sobre la vida de la Iglesia y de la sociedad
  • La defensa del evangelio, siendo un pueblo profético llamado a proclamar el amor de Dios, su santidad y su justicia mediante la vida y la palabra
  • La participación en la misión de la Iglesia y de todas las iglesias cristianas, la cual es la evangelización y la santificación (Redemptor hominis, 11; AA 6).

En general deseamos ser un instrumento en las manos del Señor para la transformación de este mundo, a fin de que este refleje su gloria cada vez más.

En unidad con todos los cristianos

Finalmente, deseamos vivir nuestra vida y misión en unidad con todos los que aman al Señor y están llamados a servirle. Deseamos trabajar de cerca con aquellos que ejercen cargos de autoridad pastoral en la Iglesia Católica. Además, deseamos cooperar con todos los cristianos, conforme al llamado del Concilio Vaticano II (UR). Mediante nuestra unidad y colaboración ecuménicas, queremos dar testimonio de la unidad que Dios quiere para todo su pueblo.